Los toneles.
Las bodegas han ido guardando y juntando a lo largo de los años un rico patrimonio de toneles que hoy forman parte de la singularidad del producto. Tienen una frágil conservación y cada uno de ellos tiene su historia, pues muchas familias bodegueras han sido receptoras de los que se iban abandonando en viejas casas, bodegas de su entorno o de maestros toneleros antiguos de los que en la zona hay constancia de una importante tradición artesana.
Barricas de roble
Entre 600, 225, 150, 100, 64, 32 y
16l. Nos hablan de la diversidad
de procedencias, añadas muy
escasas o producciones
artesanas de algunas familias.
Es el nombre con el que se
conocían a los envases de roble
mayoritariamente de 1.735 y
1.500 litros.
Excepcionalmente se encuentran
algunos toneles de 2500l.
Tonel alicantino
o monovero
El tiempo en el Fondillón.
El envejecimiento de este producto se realiza durante un mínimo de 10 años. Aunque hay productos históricos que tienen muchos más por la antigüedad de su solera y la familia elaboradora.
En ese tiempo cada tonel sufre una oxidación que hace que se pierda vino; o se realizan sacas (salidas) para embotellar, por lo que debe ser rellenado-rehenchido para mantener la madera íntegra. De la naturaleza del vino con el que se rellena se crean diferentes fondillones.
Fondillones de solera
Se crean cuando en una barrica, el mayor porcentaje de vino viejo es mezclado con otro joven en menor proporción, dándole el primero su carácter.
Fondillones de añada
Se constituyen cuando el producto a mezclar procede de la misma añada que la madre, manteniendo su pureza de su añada de recolección.
Fondillones nuevos
En los últimos años algunas bodegas están vendimiando monastrell pasificada y reservándolo para nuevos Fondillones que una vez pasen por el proceso de certificación podrán utilizar esta marca de calidad.